domingo, 13 de noviembre de 2011



Pelo.
te he dicho adiós un par de veces,
pero me quieres,
y regresas.

Pelo,
dime,
¿le has contado a alguien nuestra historia?
¿Recuerdas cuántas veces lloré
porque después de cortarte
supe que había sido sólo una venganza
una mutilación absurda?

Pelo,
cuando era pequeña
te ordené ser largo,
pero sólo creciste un poco más abajo de mis hombros.
Los rizos traicioneros
de tu joven y briosa vida
no quisieron complacerme.

¿Y te acuerdas,
cuando te peinaba por horas
hasta ensuciarte otra vez?

La pistola de aire con que te mataba
(sabes que aún no la he tirado al río)
poco a poco
te hacía doblegarte ante mí.

Luego fuiste la víctima más óbvia
de las verdades de mi cuerpo.
Te perdí dos veces,
me dejaste hebra por hebra la primera,
y de una rapada la segunda.

Pero regresaste y
he querido serte fiel,
sin éxito.

Tenemos una relación
algo tortuosa,
tú y yo.

Ay pelo,
perdóname otra vez.
Si yo te quiero,
de verdad.

Eres parte de mí,
eres "the icing on the cake",
la corona,
el velo,
la prenda más querida.

El viernes me distraje
y te prendiste en fuego.
Y ahora no me quieres perdonar.

Pelo,
mi víctima amada.
No te vayas.
Por favor.
No fue mi culpa, te lo juro.
Intentémoslo una vez más.

1 comentario:

  1. ¡Me encanta este poema! Es profundo y a la vez muy cómico. Gracias, Yolanda, por incluirlo en El Curio.

    ResponderEliminar