sábado, 17 de diciembre de 2011

ALGO DE PELO FALSO

 por Admin Torres

Trabajo desde hace 4 años con la temática de las vanitas, estas son composiciones en su mayoría alegóricas y moralistas que reflexionan acerca de la fugacidad de la vida y el rechazo al materialismo.Para esta serie de mascaras estoy abordando el tema de la sobre estimación de lo físico y lo llamo: “La construcción de la persona”

La idea surge al retomar el origen de la palabra persona (Prosopos) pro= delante, opos= cara, y compararlo con el “significado” que se le da cotidianamente a la misma para identificar a un ser humano y personaje para describir sus rasgos.

En las piezas trato de jugar un poco con la idea de cómo sicológica y/o físicamente con los años nos construimos a nosotros mismos (además de las grandes aportaciones sociales) y cómo creemos conocer de qué o cómo están hechos "los demás".

Lo nítido es que en todo caso estoy hablando de la persona o personaje no del ser humano; ahí es donde entran los materiales que estoy utilizando. Todo es sintético, todo es barato pero, trato de que se vea "hermoso". Es una labor tediosa hasta cierto punto y lo más importante una que lleva tiempo, confecciono cada detalle de las mascaras los bordados con cuentas, las flores, una a una cortada a mano y por supuesto los peinados. Como las vanitas estas piezas están realizadas con un lenguaje semiótico, y el cabello artificial juega un gran papel. El pelo por estar en la parte superior de nuestro cuerpo adquiere un significado elevado de fuerzas superiores. (¿Recuerdas la historia de Sansón?) También tienen un sentido de fertilidad, vitalidad, alegría de vivir y voluntad de triunfo. Claro que este significado queda totalmente obsoleto porque como dije anteriormente es cabello sintético.










jueves, 8 de diciembre de 2011


Pelos que cuentan, pelos que inventan
Por Tanya Torres
 
Si conoces a Yolanda Velázquez la recordarás arte en mano, palabra en mente, sonrisa en labios. A veces calladita, siempre amable, delicada y paciente. Y si la conociste sólo un poco, la recordarás con su pelo, largo y negro, y con un gran lunar blanco que le cae por la frente. 
 
El pelo de Yolanda, no el de de su cabeza sino el de su imaginación, es en realidad el protagonista de esta historia.  El pelo de Yolanda ahora tiene extensiones. Son muchas cabelleras surreales, trenzas interminables en blanco y negro que nacen de las ideas con que la artista relaciona el pelo.
 
Ella les llama curio, y cada una parece habitar un espejo en el que se refleja algo más que la imagen trenzada y anudada con que el pelo se va transformando en corazón, zapato, tijeras… Estos pelos cuentan los relatos que le contaron a ella, y que Yolanda fue acumulando en el cajón curioso y secreto  donde guarda las hebras con que une su propia humanidad a la de sus hermanas. “Cuéntenme sus historias de pelos”, pidió un día a sus amigas, y con cada cuento fueron saliendo, pelito a pelito, trenzas enteras. Esos pelos son también historias que esconde en su propio su pelo.
 
La idea original surgió de una obra teatral que producían unas amigas. La actriz principal, Magaly Carrasquillo, le pidió que hiciera colaboraciones conceptuales para el proyecto. La obra giraba en torno a diversas experiencias autobiográficas femeninas, basadas en la relación con los hombres.  Magaly adoptó una canción que hablaba sobre el cabello como una extensión de los pensamientos que vienen desde el interior. Yolanda  también se inpiró en esa idea para crear una exhibición que estuvo expuesta en el  átrio del teatro mientras se presentaba la obra. Los recuerdos del gabinete del curio se fueron convirtiendo en objetos raros y surreales, cada uno como una botellita de fijador con que pegar las emociones contenidas en estos cuentos de pelos, que tal vez fueran espeluznantes o alizadores según quien lo contara. Los dibujos se fueron peinando en una especie de diario donde las imágenes se convirtieron en “un ejercicio profundo de introspección, una oración continua que surgía de cada fibra que dibujaba. “
El medio original, el dibujo, y ahora la impresión digital, proponen el blanco, negro y gris como los colores de estas fibras con que Yolanda teje sus historias. Por si los pensamientos no son blancos, ni totalmente negros, vemos los grises que el blanco intenta traspasar con su luminosidad. El negro, como siempre, ofrece su contraste, su drama. Y es que los pelos son como la vida, y las trenzas de Yolanda no son la excepción. Ella ha combinado su propio pelo con el de todas , soltándolo o amarrándolo, sin cortarlo del todo.
 
El pelo de Yolanda, que en estos tiempos tal vez esté liberado de toda trenza, queda en el gabinete del curio como testimonio críptico donde asignar nuevas historias, hebras que conecten al espectador con su propia idea de libertad o restricción que lleve dentro de su cabello. Y como la vida misma, cuando el pelo adquiere su propia experiencia, vienen las canas, hasta que el blanco-luz acapara el pensamiento.  También nos queda la opción de pintarlo, aunque el negro tinta nunca es tan cierto como la eterna juventud.    

miércoles, 16 de noviembre de 2011

ENREDOS



Los Enrredos de mi Pelo


Desde pequeña, mi pelo había sido censurado por los últimos productos para alizar el cabello. Para ser más específica, mi abuelita en su “beauty” me peinaba desde mis cuatro años. No me quejo, pero al ser dominada por mi inocencia, nunca me pude defender. Mi fuerte y resistente pelo sufrió pérdidas, quemaduras, haladas, lastimadas, de todo. Al crecer, un día le dije a mi abuelita, “Abu, no me quiero alizar más el pelo. ¡Ni sé cómo es de verdad!. Eso me dolió muchísimo y claro, tenía un poco de miedo por que no sabía cómo sería esa odisea de encontrar mi cabello. ¿Saldría imprudente, exigente, chango, llamativo, atractivo, coqueto o hasta ‘antojau’? Pero así mismo, me puse mis pilas y me enfrenté a éste reto por que era algo que tenía que hacer por mí y por la esencia de mi cabello. Así fue, un día desperté y encontré que mi cabello era libre, cariñoso, acogedor, expresivo e identificador, como lo soy yo. Se convirtió en una de las características que más me describía y me complementó al yo ser yo. Antes, yo tenía que esforzarme mucho para expresar todo lo que siento y cómo soy. Ahora, sólo dejo que mi pelo hable por mí.

Con cariño,

pelúaysinsentido
Diana M. Cruz

martes, 15 de noviembre de 2011

domingo, 13 de noviembre de 2011



Pelo.
te he dicho adiós un par de veces,
pero me quieres,
y regresas.

Pelo,
dime,
¿le has contado a alguien nuestra historia?
¿Recuerdas cuántas veces lloré
porque después de cortarte
supe que había sido sólo una venganza
una mutilación absurda?

Pelo,
cuando era pequeña
te ordené ser largo,
pero sólo creciste un poco más abajo de mis hombros.
Los rizos traicioneros
de tu joven y briosa vida
no quisieron complacerme.

¿Y te acuerdas,
cuando te peinaba por horas
hasta ensuciarte otra vez?

La pistola de aire con que te mataba
(sabes que aún no la he tirado al río)
poco a poco
te hacía doblegarte ante mí.

Luego fuiste la víctima más óbvia
de las verdades de mi cuerpo.
Te perdí dos veces,
me dejaste hebra por hebra la primera,
y de una rapada la segunda.

Pero regresaste y
he querido serte fiel,
sin éxito.

Tenemos una relación
algo tortuosa,
tú y yo.

Ay pelo,
perdóname otra vez.
Si yo te quiero,
de verdad.

Eres parte de mí,
eres "the icing on the cake",
la corona,
el velo,
la prenda más querida.

El viernes me distraje
y te prendiste en fuego.
Y ahora no me quieres perdonar.

Pelo,
mi víctima amada.
No te vayas.
Por favor.
No fue mi culpa, te lo juro.
Intentémoslo una vez más.

martes, 1 de noviembre de 2011

POR LOS PELOS DE CHICLANA (1994-31/10/2011)


El cabello de Víctor fué su campo de batalla donde a gritos nos decía, a su joven edad, que el mundo no estaba preparado para su intensa mirada y corazón. Un mohawk verde con dreads o una cabecita rapada pintada de rojo, luego una trenzas eran su declaración de "¡Mírame! tengo un lugar en este mundo y a como dé lugar lo voy a reclamar, aunque sea tirándole de los pelos.” Su cabello era como una especie de bandera que plantaba donde quiera que llegaba. Te plantaste bien Víctor en el corazón de muchas y muchos. Infiltrar mi mundo de cariño en el de Víctor no fué tarea fácil, pero finalmente fué y nos unían las conversaciones sobre su nuevo look cada vez que entraba al salón de clase. La última vez que lo ví entraba al salón a conversar con sus amigos y le pedí que se acercara para ver su nuevo estilo y toqué su cabello teñido de verde y compartimos ideas de diseño y composición para futuros peinados, esa fué nuestra última conversación. Hoy celebro la  vida de Víctor y la felicidad de haberlo conocido, aunque fuera en este mundo de paso, de buenos y malos pasos que nos ponen zancadillas cuando menos lo esperamos. ¡Enhorabuena que me tropezé contigo Víctor, con tus greñas y contigo!

Yolanda Velázquez

sábado, 29 de octubre de 2011


Para pelos…

Buscando una historia para pelos.
Me encontré entre manadas de cabellos 
y telas de arañas de enredos. 
Por mi cráneo recorrían momentáneamente
golpes de sangre incolora y no tenían clasificación.
Por un período mis venas y las costillas
hicieron trenzas.
Para proteger mi corazón.
Porque las grandes historias les importa poco nuestro órgano pulmón. 
Solo les interesa ese gran dolor
clasificado como desamor y
es solo un pequeño ataque al corazón.
El cabello me deja muda,
los rizos me electrifican y
la grifería me dice Boricua.
Y los enredos que tienen
tu vida y la mía son por la
ausencia de una peinilla. 

jueves, 20 de octubre de 2011

Un poema


Agosto 19 de 2009.

quise volver a los años veinte
pelo ondulado corto de ladito bordeando mis ojos
como si estuviera fumando un cigarillo largo
con nube al final coronando mi respiración

tanto fue el deseo que, después del trabajo,
me metí al Super Cuts más cercano
nada de estilistas glorificados ni de salones exclusivos
....dejé que el azar y la economía se encargara del resto

la ganadora de mi cabeza fue una colorá
con libelula de oro entre los senos
-amante de las motoras y las cervezas bien frííías-
que pateaba las peinillas cuando se le caían

gocé mucho con ella
no me arrepiento nadita de nada
no llegué al Harlem Renaissance
ni me probé los sombre de Bella da Costa
pero sí me quité la modorra
que me sofocaba

y salí de allí, nueva y satisfecha
como cuando te vienes
con el cuello al aire
sonrisa explayada
muy muy liviana

Trenzas y Escaleras



Agosto 17 de 2009. Santurce. Puerto Rico


Mi amiga Brenda se va a Paris y me hace recordar un hermoso sábado de primavera en la ciudad luz. Ese sábado en la mañana y por una misteriosa revelación decidí que ya era tiempo de cortar mi melena y no perdí tiempo. Yo quería recomenzar algo al igual que recomenzaba la primavera con sus días mas resplandecientes y llenos de paseos por las calles escalonadas de Montmartre. Me dispuse a la tarea de lavar mi pelo, desenredarlo cuidadosamente y hacerme una trenza. Me paré frente al espejo, agarré unas tijeras, las mismas que utilizaba probablemente para cortar el papel para mis dibujos y grabados, y sin pensarlo demasiado zzip! zzip! zzip! corté la trenza. Ese día me sentí muy bella, muy felíz. Me vestí con mis mejores prendas, una falda larga color verde limón y una camisa negra muy ajustada sin mangas para aprovechar los rayos del sol de ese día tan fabuloso. Salí de mi casita a caminar y a mostrarle al mundo lo bella que me sentía con mis nuevos retoños por brotar. Al salir de mi casa, calle abajo por la rue de Chevalier-de-la-Barre, me sentía toda una dama del siglo 18 camino al mercado. Sentía que dejaba algo pesado atrás, tan pesado como la trenza de Rapunzel. Quizás ese fué mi intento, cortar la escalera. Hoy mi amiga Brenda, con la ilusión de su viaje a París, me provoca recordar mi recorrido hasta hoy y hasta aquí. Hoy logro entender que sin príncipe también puedo ser felíz.


Yolanda Velázquez






miércoles, 19 de octubre de 2011

Encubierta y Descubierta



13 de agosto de 2009. Santurce, Puerto Rico.


Hoy comienzo el día pensando en alguien a quien amo mucho y la historia de su pelo. Esta mujer maravillosa un buen día se tropezó con sus propias greñas y quedó tan enredada que le costó el exhilio de la sociedad. Sí! Ella en su desespero cortó y tiñó su cabello para pasar desapercibida ante la "justicia". La andaban buscando. Recuerdo haberla visto después de mucho tiempo y haberme sorprendido de su repentina visita y su cambio de estilo tan radical. Compartimos, nos abrazamos, conversamos acerca del pasado y nos dijimos adiós. Luego supe que la habían reconocido, la habían atrapado. Estoy segura que en ese momento más de una cabellera se sacudió y recibió tirones al enterarse del suceso, como por ejemplo las cabelleras de su madre, sus herman@s y las de mucha gente que la ama.


Hoy día esa mujer ya no huye, se mira ante el espejo, nos miramos en su espejo. Descubrí en ella grandes lecciones de amor y de solidaridad. Gracias mujer amada por  compartir conmigo tu vida y tu episodio descabellado, porque te admiro mujer y tu presencia en mi vida siempre es un bálsamo para mi alma.



Y. Velázquez

martes, 11 de octubre de 2011

Sobre querer...

Agosto 20 de 2009.
"me kiere, no me kiere, se decía mientras desojaba mechones de kabello" -Estela Violeta